Kelovann

Historias de un mundo surreal

Relatos

Catarsis de viernes en la noche

Catarsis de viernes en la noche

En un horario y espacio sincronizado, compartimos un rito con imágenes en movimiento que cambian de contexto con cada historia. Fuimos borradores de recuerdos con un ardiente deseo y mantequilla, también fuimos lectores en una bañera y en otras ocasiones fuimos dos locos con cambios anímicos alterados, desde muy alegres hasta ansiosos y depresivos que lograron experimentar sentimientos profundos. 

Hace un mes, encontramos actos de amor y bondad desinteresados que resultaron de las tragedias, aquella noche terminamos juntos; sin embargo, la siguiente, una grave enfermedad acabó con tu vida. Tu ausencia me dejó devastada, me quedé agonizando con todos nuestros vívidos recuerdos. Aquella noche, entendí que, a pesar del dolor, debemos continuar. Superar la muerte de un ser amado no significa que lo olvidas, solo aceptas la realidad y aprendes a vivir con ello.

Aquella vez, cuando fuimos niños, fue una de las historias que marcó mis días durante semanas, logré entender la importancia de la familia y la entrega de amor en distintas formas. Amor hacia nuestros padres, amor de pareja, amor hacia los objetos. Entendí que cosas sencillas pueden darte mucha felicidad, como mirar el atardecer en la copa de un sicomoro.

Fuimos un hogar disfuncional. Nos enamoramos y luego de algunos años terminamos destruidos por nuestras discusiones, acumulamos torpezas y frustraciones. Vivimos el dolor y el fracaso de una relación, un adiós necesario fue el final de nuestra volátil historia de amor. Me quedé con una hermosa nena y con lo mejor de nuestros recuerdos.

Ayer fui una niña llena de miedos. Me ayudaste a entender que el sueño sin esfuerzo es eso, solo un sueño. Entendí que debemos ser intencionales en la forma que diseñamos nuestra vida y que superar los miedos es un trabajo diario. Me enseñaste que, si hacemos las cosas bien, esto tendrá un efecto mágico en el mundo. En esta historia terminamos juntos, paseando en el bohemio barrio de Montmartre

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