Despegados del tiempo, dando pequeños saltos para regresar al mismo episodio por intervalos irregulares en el día, momentos cortos y espaciados llenos de significado.
No es un viaje físico, es un viaje mental para rememorar y en otros espacios para imaginar posibilidades.
Sonido tras sonido, minuto a minuto mientras se reproduce, escarbo momentos en esta memoria episódica, convertida en telaraña, invadiendo mi cabeza por el impacto emocional que causó sus textos, imágenes, sonidos, detalles.
Lo atípico es que no son solo imágenes,sonidos o detalles sino experiencias. El simple hecho de conectar mentes conlleva experiencias que no puedes siempre plasmar en palabras, no tiene descripción, se queda en ellos y nunca se borrará porque la intensidad de ello es muy fuerte siempre.